domingo, 22 de enero de 2012

Aproximaciones teóricas al concepto de salud mental


Tomaremos primeramente la definición de la OMS  que  dice:  ‘La salud  es un  estado  de completo  bienestar  físico, mental  y  social,  y no  solamente la ausencia de afecciones o enfermedades” [1]. Y define específicamente la salud mental como un  “estado de bien-estar en el cual una persona puede realizarse, sobrepasar las tensiones normales de la vida, realizar un trabajo productivo y fructífero y contribuir a la vida de su comunidad (OMS, 2001).
Siguiendo con la OMS: Las diferencias que se observan en el nivel de  salud  mental  de  los  distintos  grupos  de población,  así como en la cantidad  y calidad de  los  servicios  que  se dispone,  están relacionadas  en  cierto  modo  con  el  grado  de desarrollo  socioeconómico  que  hayan  alcanzado.
Este llamado desarrollo se refiere a una situación de bienestar común logrado por ciertos países en contraposición a otros llamados subdesarrollados o países en desarrollo.
Los  factores  económicos,  culturales  y sociales que configuran  el  llamado  subdesarrollo, en el cual se encuentra la población de Latinoamérica, condicionan  de  una  manera determinante la patología prevalente en las regiones y grupos humanos que se encuentran en esa situación.
En  el  caso de  las  enfermedades mentales y  de  los  desajustes de personalidad  no  se ha  atribuido  a esta relación  la  importancia  que  realmente  reviste. Esta negligencia se debe en parte  a la  falta de  información,  y  en  parte,  a  una  actitud de rechazo hacia todo lo relacionado con los desequilibrios  de la  mente, actitud  que  está enraizada  en  la  tradición  y  en  temores no conscientes, generadores de angustia. [2]
El Ministerio de Salud y de Servicios sociales de Canadá (MSS) define la salud mental como “la capacidad del individuo, del grupo y del ambiente, de tener unas interacciones que contribuyen al bienestar subjetivo, al desarrollo  y empleo óptimo de las capacidades mentales de la persona, a la realización de objetivos individuales y colectivos justos y a la creación de igualdad fundamental “ (MSSS 1988) Además precisa que para mantener una buena salud mental es necesario un equilibrio entre diversos aspectos de la vida, sea social, física, mental económica y espiritual (MSSS, 2007 a1)[3] Varias investigaciones han demostrado la relación entre la salud mental y la salud física. Algunas investigaciones transculturales[4] han demostrado igualmente la influencia del contexto social, económico y cultural sobre la problemática de la salud mental. (Kleinman, 1988, citado en  Robichaud, 1994) Y consideran el equilibrio de tres dimensiones fundamentales para la salud mental:
·         Una dimensión biológica que tiene que ver con los componentes biológicos y fisiológicos del individuo.
·         Una dimensión psicoevolutiva que se relaciona con los aspectos, afectivo, cognitivo y relacional del individuo.
·         Una dimensión contextual que hace referencia a la inserción del individuo en el ambiente y a las relaciones con su entorno.
Si, como propone esta perspectiva, la salud mental puede comprenderse no solamente desde las características del individuo, sino también de su relación con el ambiente. Por ello el CSMQ considera a la salud mental como un recurso colectivo, “[…] al que contribuyen tanto las instituciones sociales y la comunidad entera como las personas consideradas individualmente”. (CSMQ, 1994, en Desmarais, 2000:26).



Por otra parte, Ewelt y Farnsworth se plantearon el problema de la definición de salud mental del modo siguiente: “para nosotros, los individuos con una confianza básica en sí mismos y en los demás, con sentido de la propia competencia y la sensación de que la situación humana en conjunto posee un significado y vale la pena, tienen una resistencia mayor a la descompensación emocional que la de aquellas con actitudes y sentimientos causantes de inseguridad”[5]
Karl Meninger en 1947 sostienen: “definamos  la salud mental como el aporte de los seres humanos al mundo y a ellos mismos con el máximo de efectividad y felicidad. No se trata solo de eficiencia o satisfacción o el don de obedecer alegremente las reglas del grupo: es todo conjunto a una conducta socialmente considerada  y una disposición feliz; esta creo es una mente sana”[6]
Finalmente Erich Fromm, en el libro anatomía de la destructividad humana hace hincapié, en que para entender la conducta del hombre, es necesario conocer profundamente su psiquismo y su neuro psicología  de tal forma que su valoración de la salud mental de un sujeto debe hacerse con base en su integridad y armonía neurofisiología y en su personalidad. Afirma que deber ser estudiado el sujeto como un todo, un ser total, donde la paleontología, la antropología, la genética, la filosofía, la cultura permitan una mayor comprensión del mismo[7].
1.       Relación entre déficit de salud mental y pobreza
Por ahora partiremos primeramente de las distintas definiciones de pobreza, quizás a través de ellas podamos reflexionar y organizar la información acerca de Limoncocha para interrogarnos si esta relación puede o no aplicarse en esta comunidad.  Como se mencionaba en las definiciones de la OMS, la situación de los países en vías de desarrollo es de entrada considerada riesgosa para la salud en general y para la salud mental en particular.  Revisemos entonces las definiciones de pobreza que aparecen en la bibliografía revisada:
“El concepto de pobreza ha sido largamente documentado en la literatura, pero sus definiciones varían según el autor, la institución, el enfoque político, etc. Sin embargo ninguna de estas definiciones es reconocida como universal. A pesar de ello, existe un consenso en cuanto a la multidimensionalidad de este fenómeno que, desde hace varios años, ya no se reduce a su simple dimensión económica[8]. Para Pitrou (1980)[9], la pobreza está ligada, a la vez, a la incertidumbre de los ingresos, a la inestabilidad del estatuto profesional, al aislamiento y a la pobreza cultural. El autor agrega que la primera característica podría resumirse como el poder de manejar el porvenir. Así, alguien que es pobre “no tiene ningún control sobre los acontecimientos de los cuales depende de manera vital (empleo, condiciones de trabajo, ingresos, costo de la vida) pero, además, no dispone de los medios eficaces para hacer frente individual o colectivamente a las dificultades que surgen. No tiene reservas financieras, relaciones bien ubicadas, conocimiento de los mecanismos útiles para hacerlos jugar a su favor. El pobre está entonces, perpetuamente amenazado  de ver como se degrada su estatuto, como sus condiciones de vida devienen  más penosas, e incluso como su vida misma se descompone por la enfermedad, el accidente o el envejecimiento prematuro” (Pitrou, 1980) Así podemos decir que la pobreza  no es solamente la insuficiencia del ingreso económico sino que comprende también las dimensiones del tener, el saber y el poder, que limitan la posibilidad de desarrollarse y que traban el bien-estar individual y colectivo” (Ministerio del Empleo y la Solidaridad Social, Quebec, 2002) 
La estrategia nacional de lucha contra la pobreza de Quebec define la pobreza de la siguiente manera:
« […] la condición en la cual se encuentra un ser humano que está privado de manera duradera  de los recursos, los medios, las opciones necesarias para acceder a su autonomía económica y favorecer su inclusión social”[10]  Y según  Robichaud et al (1994:18), Vivir en la pobreza es también: « […] Vivir las preocupaciones relacionadas con las privaciones, percibirse a través de lo que los otros nos comunican, vivir con la imagen que uno tiene de sí. Es también tener una imagen muy precisa de la sociedad que nos envuelve, sus estructuras y del rol que uno juega o no en ella, es buscar más allá de las miserias cotidianas, aquello que permite sostenerse y  encontrar o reducir los múltiples efectos de faltas también múltiples …Es igualmente esperar que un día esta situación cambie”[11].
Y Adam Smith, en 1776,  había anotado en la Riqueza de las naciones, que una persona pobre es aquella que “no tiene los medios para participar en la vida social”. Pasando por diferentes autores, notamos que para examinar la pobreza debemos tener en cuenta, igualmente, el contexto social, los valores y la prácticas culturales de la sociedad y del ambiente (…) El techo de pobreza definido por el Banco Mundial de un dólar americano por día, se aplica únicamente a los países en vías de desarrollo como equivalente de un presupuesto de sobrevivencia mínimo. Porque en los países industrializados, aunque la cantidad de personas pobres no es  escasa, los índices de ingresos son más elevados que el señalado. Así la Organización de Cooperación y desarrollo económico (OCDE) propone considerar el concepto de pobreza no como la privación de las necesidades absolutamente esenciales (alimentación, vestido y vivienda) sino como la exclusión del modo de vida al cual los otros tienen ampliamente acceso en la misma sociedad”. (OCDE (2001), en CCDS, 2007). Estos mismos autores se plantean la cuestión de identificar a los individuos pobres y la construcción de indicadores pertinentes sobre la base de informaciones disponibles.
El documento de trabajo del Centro Regional de Desarrollo Social de Qubec ofrece algunos parámetros que permiten establecer la relación entre salud mental y pobreza, la misma que no se restringe a la presencia o ausencia de enfermedad mental. El resumen de este acápite del documento está aún en elaboración y lo daremos a conocer próximamente.
 3. INDICES ESTADÍSTICOS DE SALUD Y SALUD MENTAL EN AMERICA LATINA
-54.9% de las inversiones en salud se originan en el sector publico
-Existen países con un cubrimiento del 70% de la seguridad social (por ejemplo México, Colombia) y otros en el Caribe donde prácticamente no existe (3%)
-La mayoría de los países en latinoamérica invierten menos del 2% del presupuesto en salud mental.
- existe un gran estima a la salud mental. La vergüenza, la cultura popular, llevan a muchas personas a no buscar ayuda para sus problemas mentales o a detener el desarrollo en esta área. Es frecuente encontrar pacientes con psicosis que consultan años después de haber iniciado su patología.
- hace falta gran cantidad de servicios de atención  a la salud mental
-estudios epidemiológicos muestran un 18.25% de trastornos mentales en las comunidades. Del 12 a 29% de los niños y adolescentes presentan trastornos mentales  de los cuales de cada cinco pacientes con trastornos mentales uno recibe tratamiento
- los trastornos prevalentes son: depresión, trastornos somatomorfos, abuso de alcohol y drogas y los trastornos psiquiátricos mayores (esquizofrenia, trastorno bipolar)
-América latina aporta el 10.5% de la carga de la enfermedad mundial por trastornos neuropsquiátricos.
Tabla 31-4 resultados seleccionados de países que proporcionaron información al proyecto atlas-oms 2005 

País             presupuesto   camas       psiquiatras   psicólogos  asistentes sociales   enfermeras

Ecuador            n.d             1.7                   2.1                29.1                  0.5                                 0.1
Fuente OMS

Presupuesto: porcentaje del presupuesto para atención de salud destinada a la salud mental
Camas: número de camas en los servicios de psiquiatría por cada 10.000 habitantes
Tasas de profesionales por cada 100.000 habitantes
n.d: datos no disponibles                                                                      
Gómez Restrepo, Carlos [et.al.] Psiquiatría Clínica: diagnostico y tratamiento en niños adolescentes y adultos, —3ra ed., Bogotá, Editorial Médica Internacional, 2008 pg.176
5. POSIBLES LIBROS DE INTERÉS PARA LA INVESTIGACIÓN QUE SE ENCUENTRAN  EN DISTINTAS LIBRERÍAS Y BIBLIOTECAS:
JARDIN MISTER BOOKS:
1.       Psicología social crítica: aportes y aplicaciones sobre el lenguaje, ciudadanía, convivencia, espacio público, género y subjetividad; Olga Lucía Obando Salazar (Compiladora); Agosto de 2010; Programa Editorial Universidad del Valle (Cali, Colombia).
QUICENTRO LIBRIMUNDI:
1.       lo que los achuar me han enseñado; José Arnalot; 1996 Quito; Abya-yala, ediciones.
Sinopsis: Diario personal de Arnalot José en su paso por Wichím, lugar donde está situada la tribu indígena de los Achuar.
2.       Los Huaorani del Cononaco los. en lucha por la supervivencia...petroleras;  Hernán Paz; 2007 Quito; Abya-yala, ediciones.
Sinopsis: En lucha por la supervivencia de su selva y su cultura amazónica frente al avance de las grandes petroleras.
UNIVERSIDAD SALESIANA:
1.       Panorama epidemiológico del Ecuador; Roberto Sempértegui, Plutarco Naranjo, Mónica Padilla, editores; Publicado 1992 Quito; Ministerio de Salud Pública.
2.       Macroeconomía y economía policita en dolarización; Marconi R. Salvador,ed; 2001 Quito; Abya-yala, Ediciones
Sinopsis: Efectos de la dolarización en cuestión a diferentes regiones del Ecuador. Errores iniciales en la dolarización, del libertinaje monanciero y globalización en la comunidad andina.



[1] Organización  Mundial  de  la  Salud.  Atención  de  salud mental en Ios países en desarrollo. Análisis de los resultados de las investigaciones. Informe  de un grupo de Estudio de la OMS.  Ginebra,  1984. Serie  de Informes  Técnicos  698.

[2] Gonzalez Uzcategui René. “Salud mental en América Latina: Problemas y perspectivas”. (1976)

[3] MSSS, 2007, Document consulté en ligne : http://www.masantementale.gouv.qc.ca/

[4] Kovess-Masféty, V. (2001). Précarité et santé mentale. Rueil-Malmaison, France: Doin. 103p.


[5] Serrano González- ALEZEIA, Ma. Isabel,  La educación para la salud del siglo XXI comunicación y salud,  2da edición;. Asociación  de educación para la salud (Segovia) 2002 pg. 213
[6] Ibidem.
[7] Fromm, E., Anatomía de la destructividad humana, México, siglo XXI S.A.,  1975, citado  en: Rodríguez Aragones, Socorro,  Salud mental del niño de 0 a 12 años salud pública y salud mental; Pg. 27
[8] Jekovska,  Monica,  Pauvreté, santé mentale, détresse psychologique : situations connexes ou pure coïncidence?. Repères théoriques et état de la situation régionale, Documento de Trabajo  de Investigación del Centro Regional de Desarrollo Social, Quebec, 2008 pg.6
[9] Pitrou A. (1980). Qui est pauvre ? Économie et Humanisme, V. 254, p. 12.

[10] Ministère de l’Emploi et de la Solidarité sociale (2002). La volonté d’agir, la force de réussir. Stratégie nationale de lutte contre la pauvreté et l’exclusion sociale. Gouvernement du Québec
[11] Robichaud, J-B., Guay, L., Colin, C., Pothier, M., avec le concours de Saucier, J-F. (1994). Les liens entre la pauvreté et la santé mentale. De l’exclusion à l’équité. Publié. En collaboration avec : Comitéde la santé mentale du Québec. Boucherville, Québec : G. Morin. 247p.